2 Décadas diseñando soluciones para el mundo
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Por: Alejandro Palacio Miranda
Por: Diomer Alejandro Palacio Miranda
La Escuela Pública de Diseño (EPDI) de la Institución Universitaria Pascual Bravo, desde hace 20 años incorporó en sus perfiles de formación el Diseño Gráfico y actualmente se ha consolidado como un referente de formación en la región.
Al fijar nuestra atención en cualquier elemento circundante es inevitable pensar ¿a quién se le habrá ocurrido esto?, ante lo que nos remitimos siempre a una respuesta inspirada en el diseño, ejercicio disciplinar al que le debemos todas las soluciones que tenemos hoy en la vida cotidiana, muchas de las cuales damos casi que por sentadas desde la naturalización y la recurrencia de su uso, pero que en otros tiempos tuvieron su origen en la mente creativa e ingeniosa de diseñadores, quienes, analizando su realidad, lograron gestionar los recursos a su disposición para resolver situaciones concretas y atender necesidades apremiantes, pensando siempre en la mejora de la calidad de vida de sus comunidades.
La exploración y el reconocimiento del mundo por medio de los sentidos ha sido la base de la evolución humana y, a partir de esta, de la construcción social de la realidad contemporánea, tal cual como hoy la conocemos. A partir de esa sensibilidad, propia de los individuos, ha sido posible pensar las diversas coyunturas históricas y generar respuestas a las necesidades de cada tiempo y de cada latitud, gracias a la capacidad creativa e imaginativa que nos ha mantenido siempre en constante innovación. Desde estos preceptos, hace poco más de veinte años, la Escuela Pública de Diseño (EPDI) de la Institución Universitaria Pascual Bravo incorporó en sus perfiles de formación el diseño gráfico y se trazó una ruta, una proyección y una razón de ser que en la actualidad se consolida, se adapta y se piensa como bastión de futuro para las próximas generaciones.
Gracias al diseño, tenemos instrumentos y herramientas para la construcción de cualquier tipo de infraestructura; reconocemos códigos que nos indican formas de comportamiento; contamos con mecanismos de protección ante las variabilidades del clima; establecemos formas de reconocimiento de los territorios y, paso a paso, hacemos parte de la construcción del tejido social que transversaliza, así, todos los escenarios de la vida comunitaria, profesional, académica y productiva. Incluso, podemos considerar el ejercicio del diseño como el hilo conductor que soporta y conecta todas las demás áreas del conocimiento, mediante el establecimiento de los caminos más adecuados para atender los problemas del mundo, considerando la diversidad de metodologías, métodos, procesos y procedimientos posibles para cada fin.
Es por esto que, acorde con las dinámicas del siglo XXI, durante las últimas dos décadas, desde la Tecnología en Gestión del Diseño Gráfico se ha pensado el campo disciplinar como un ejercicio proyectual, con una perspectiva humanista que plantea futuros próximos soportados en procesos de creación, materialidad y experiencia, contemplando siempre la idea, la cosa y la ejecución. Bajo estos postulados se han formado miles de profesionales, quienes han encontrado en la propuesta formativa del Programa los conocimientos necesarios para lograr una adecuada inserción a la vida productiva, desde los diversos campos de acción que brinda el perfil vocacional de la Institución para sus aspirantes, estudiantes y egresados.
Así lo corrobora Carolina Usme, egresada de la Tecnología y quien decidió continuar su formación en educación superior en la Institución Universitaria Pascual Bravo, pues asegura que aunque «ya casi había perdido la esperanza de ser profesional en mi formación inicial, ya que por capacidad económica no me era posible presentarme a otras universidades que tuvieran el programa […] vi que ya habían habilitado el programa y sin pensarlo me inscribí. Era una meta que tenía pendiente hace años atrás y ese era el momento de empezar a cumplirla. Elegí continuar en la Institución, no solo por los medios económicos, sino por el nivel que tiene».
A la voz de Carolina se une el testimonio de Hittan Espinosa Caviedes, también egresado del programa, quien destaca durante su proceso formativo a «los docentes, que son personas maravillosas, que me enseñaron muchísimo a través de temas de ética profesional, y más en temas de diseño que hoy por hoy pueden llegar a ser muy fácilmente burlados; entonces la ética ante todo fue algo que me encantó. Actualmente, podría decir que es uno de mis pilares como profesional».
Así como Hittan y Carolina, muchos estudiantes y egresados han encontrado, a lo largo de más de veinte años, el conocimiento, la formación y los valores que destacan a los pascualinos en los diversos sectores productivos de Medellín, Antioquia, Colombia y el mundo.
Ellos hoy desempeñan carreras profesionales exitosas, gracias a la formación adquirida durante su permanencia en la Tecnología, pero también gracias a la vida universitaria, pues, como lo asegura Carolina, vinculada a la industria de la moda desde hace nueve años, «no solo es el conocimiento adquirido en el programa. Fue un 50/50 entre la información brindada y las experiencias y conocimientos de mis demás compañeros. Fue la mejor mezcla para ver el mundo laboral y creativo desde otras miradas y puntos de vista, que alimentaron mi saber y la manera en que me puedo desenvolver en un área tan exigente y competitiva como el diseño gráfico».
Por su parte, Hittan ejerce como CEO de la compañía Aumenta2, en donde ha puesto al servicio de su organización los conocimientos adquiridos que le permiten asegurar que en su empresa se creen «experiencias memorables y duraderas para impulsar los resultados, poniendo a disposición las tecnologías emergentes».
Estos dos ejemplos son apenas una muestra de los innumerables casos de éxito profesional, académico y personal que se han gestado y que se siguen cultivando desde la aulas y los talleres de la Tecnología en Gestión del Diseño Gráfico, que se consolida como uno de los programas insignia de la EPDI y de la Institución; como un referente de formación en la región, en razón a que los estudiantes encuentran un Proyecto Educativo Institucional soportado en cuatro elementos conceptuales: lo formativo, lo público, lo social y lo tecnológico, que se articulan con los valores, la realidad y la proyección de la Institución Universitaria Pascual Bravo. Además, fortalecen la intención misional y la formación del ser humano en el contexto.
Para cumplir con estas promesas de valor, los programas de la IU Pascual Bravo apropian los principios institucionales que le permiten comprender el diseño desde tres dimensiones: la creatividad, los diseños sociales y el diseño sostenible, con lo que se motiva a toda la comunidad académica a un diálogo de saberes permanente en los diferentes ámbitos, hecho que se corresponde con las realidades locales y globales que hoy nos presentan las dinámicas contemporáneas.
Todo lo anterior, es cada vez más reconocido por los futuros profesionales y por los diversos sectores productivos; así lo manifiesta Hittan Espinosa quien destaca que «las empresas multinacionales se están dando cuenta que Colombia puede ser un gran productor de creatividad, de imaginación y de pensamiento como materia prima… y están encontrando un país en donde los creativos, los artistas, los programadores, tienen una lógica de alta calidad, con estándares internacionales». A lo anterior se suma el hecho de que cada vez hay más demanda de este tipo de perfiles, lo que hace que egresados de programas de formación como los que ofrecemos, sean de amplia proyección e interesante vinculación a la vida productiva en múltiples ejercicios del campo disciplinar.
IU Pascual Bravo: referente en diseño
Este panorama que se ha construido durante más de veinte años es tan solo el inicio de la proyección a futuro que se plantea la Escuela Pública de Diseño. A partir de los planes de formación dispuestos en los programas de Diseño Gráfico, en los que se continúa trabajando para consolidarlos como referentes en el área, y también para ser semilla de historias ejemplificadoras como las de Carolina, quien le recomienda a sus futuros colegas: «creen y diseñen desde el corazón, siempre exigiéndose a sí mismos y no por competir, pues todos tenemos un espacio y un lugar para respetar lo que somos: diseñadores de la mejor institución, el Pascual, como todos le decimos. Hemos demostrado a lo largo de muchos años que los pascualinos tenemos mucho que aportar y el nivel que se tiene es de admirar».
Desde la Tecnología y la Profesionalización en Diseño Gráfico se continuará trabajando con tesón y compromiso para responder a los retos de región y de país, buscando siempre las mejores oportunidades para quienes integran la comunidad educativa, articulando formas asertivas con las demandas del sector productivo y aportando al desarrollo social; todo, con el respaldo de una institución universitaria que cuenta con acreditación de alta calidad.